Un sobre bien diseñado y con papel de calidad nunca perderá su toque de clase y elegancia. Me gustaría encontrarme un sobre con mi nombre, especialmente dirigido a mí, haciéndome un poco la pelota y ofreciéndome un descuento para mi próxima visita al hotel.
Muchas veces te encuentras carteles en las habitaciones diciendo lo encantados que están de tenerte allí, pero al no dirigirse al huésped con su nombre, se ve como un papel impersonal que ha puesto ahí el que ha limpiado la habitación. Sin embargo, un sobre con mi nombre lo voy a abrir seguro, voy a sentir que me estaban esperando e incluso, si soy cliente habitual de la marca, me hará dudar de si se lo dan a todos los clientes o sólo a los habituales.
Sé que no es original, pero me parece sencillo, barato y eficiente. En el hotel en el que yo trabajé sólo se hacía para los clientes VIP, políticos y altos cargos de la compañía. Todos deberíamos ser VIP.