
Tengo la costumbre de aprovechar ciertos ratos libres o de descanso en la habitación de los hoteles en los que suelo alojarme para leer, cosa que además, ayuda a desconectar e incluso a dormir, lo que no siempre es fácil en un hotel.
En estas circunstancias y aunque parezca mentira a día de hoy, no siempre se encuentran luces apropiadas para llevar a cabo esta tarea, con lo sencillo que resulta disponer una lamparita de mesa o luz similar, y sobre todo, chequear que funciona correctamente antes de la entrada del cliente.
Mi propuesta persigue disponer de una adecuada luz de lectura en las habitaciones. Dar luz para leer es dar luz para soñar y para viajar!