En este último año, hemos echado de menos muchas cosas: los abrazos, los reencuentros, ese café en tu cafetería de confianza... y si es como en mi caso, lo que más... VIAJAR!!!
Anhelaba el curiosear sobre el lugar de destino, preparar la maleta, esos nervios del día antes, vivir la maravillosa sensación de dormir en un hotel, recorrer calles nuevas... Por eso, en cuanto las restricciones lo permitieron, dentro de mis posibilidades y con mucho sentidiño, viajé: cerca, dentro del país y dentro de la comunidad, todo lo que pude...casi casi como si me lo fuesen a prohibir. ¿Quién no ha utilizado la expresión "hice algo tanto tanto, como si me lo fuesen a prohibir mañana". Lo curioso de esta situación que nos está tocando por el coronavirus, es que puede llegar un momento en que ya no podamos viajar por un tiempo; mientras la maldita curva no baja debido a las restricciones sanitarias, por lo que hay que aprovechar en los momentos que se puede. El destino da igual, España es maravillosa y cada rinconcito tiene algo especial que descubrir, lo importante es la sensación de viajar, de conocer, de descubrir, de disfrutar.. ¿Hay algo que supere esa sensación? Para mí no.
