
Cuando llego al hotel tras un día visitando la ciudad o tras un día de trabajo duro... me gustaría poder sentarme en mi habitación pero no en la cama, sino en un sofá chaise longue en el que poder descansar las piernas y estar con la espalda recta sin tener que llenarmela de cojines y acabar con el cuello fatal. Aunque la cama fuera muy cómoda, al final para ver la tele o estar descansando es mejor poder estar sentado y con las piernas estiradas. Como en casa, vaya. Aunque sea uno individual.