
Es frecuente encontrar planchas en los hoteles donde un cocinero prepara tortillas, huevos revueltos y otro tipo de alimentos calientes.
A menudo no consiguen darle el punto que a nosotros nos gusta, o no añaden la cantidad exacta de ingredientes que deseamos.
Por todo ello, considero que sería una buena idea poner una plancha a disposición de los clientes, colocar los ingredientes e utensilios a un lado y dejar que sea el propio consumidor quien se prepare su plato.