
Comer gelatina aporta grandes beneficios para nuestra salud, por ejemplo mejoras en nuestro sistema digestivo, piel y salud mental. Así que ¿por qué no la consumimos de forma más habitual?
La alimentación de sociedades tradicionales tiende a ser muchísimo más alta en gelatina que nuestra alimentación moderna, por el simple hecho de que éstas suelen practicar el “nose-to-tail” o “comer el animal entero”, consumiendo partes del animal con un alto contenido en gelatina como los tendones, la piel, las tripas y otros cortes gelatinosos de carne.
Hoy en día hemos perdido esta práctica de comer casquería de forma habitual, y eso significa que estamos comiendo una cantidad mucho menor de gelatina que nuestros antepasados.
La gelatina es básicamente caldo de huesos deshidratado en polvo, hecho a partir de huesos, cartílago, colágeno y minerales. El caldo de huesos casero puede ser una fantástica fuente de gelatina, pero en la actualidad muchas personas sienten que no tienen suficiente tiempo para prepararlo. El caldo tiene propiedades curativas y se puede hacer con mucha facilidad.
Pues a desayunar gelatina!!