
No siempre tenemos tiempo de volver a la habitación para cepillarnos los dientes, después de desayunar.
Propongo un regalo (o una maquina de vending) de pequeñas pastillas de chicle amentolado que puedan consumir los clientes después de desayunar, bien en el mismo bouffet o bien a la salida del establecimiento, en un pequeño plato de cortesía.
Esto es todo amigos