Unas vacaciones de navidad de ensueño con magia, despreocupación, descanso y seres queridos alrededor podría comenzar así:
En la habitación podría haber una bandeja con polvorones, turrones y algún dulce tradicional de la zona (según la ubicación de cada hotel).
Determinar un par o un día de la semana "oficial" mientras duren las navidades para hacer un brindis en una sala del hotel, de la mano de Freixenet y determinando un "dresscode" propio para dicha ocasión. Pudiendo reservar para, minutos más tarde del brindis, una cena navideña.
Considero que este evento a parte de exclusivo, invita a compartir momentos con tus seres queridos y, qué mejor que en unas vacaciones navideñas donde las palabras compartir, relajarse y disfrutar no sólo deben ser nombradas sino también deben ser vividas.