
Mi idea surge para cubrir la necesidad de que cuando viajamos o estamos fuera por trabajo, a veces no apetece ir a cenar a un restaurante o incluso comer algo muy elaborado o pesado, sobretodo en las cenas. Por ello, propongo que los hoteles dispongan de una pequeña tienda o supermercado de productos frescos que permitan al cliente hacer una compra ligera para el día y que puedan comerlo en la habitación tranquilamente, como si estuvieran en el sofá de su casa. Tener la opción de comprar un poco de fruta, algun yogourt, un poco de pan con embutido o una ensalada sería muy atractivo para los clientes y una opcion más low-cost que el servicio de habitaciones con platos del restaurante del hotel o take away del exterior.