Al visitar una ciudad, una atracción normal es un tren turístico pero muchas veces al bajarse de él, las personas que han subido bajan decepcionadas porque las rutas o las explicaciones son insuficientes.
Podría negociar la cadena hotelera con la empresa que se encargue del tren y con el ayuntamiento de la localidad, en caso de variar algo la ruta, con las sugerencias que le comuniquen los clientes, para que, al menos un día a la semana pueda salir el tren de la entrada o cercanía a las puertas del hotel o de uno de ellos, si en la ciudad la cadena tiene más de uno y recorrer la ruta que interese a los clientes y ampliar las explicaciones o responder a las preguntas por guías autorizados y no poner una grabación y ya está.