
Trabajé en un hotel en recepción de noche y pedí que nos dejarán unos sándwiches chulos (pedí sándwich mixto pero en un pan especial más gordito, más llamativo para la vista) para poder ofrecer a los clientes cuando llegaban muy tarde y la cocina ya estaba cerrada.
Los cocineros dejan unos cuantos preparados en las cámaras, el recepcionista si alguien le dice que está muerto de hambre le ofrece el sándwich y una coca cola a un precio razonable, y tanto el hotel como el recepcionista van a quedar de lujo con el cliente.