
Una de las situaciones que me resulta más desagradables es llegar a un hotel y que me den una habitación que no tiene nada que ver con las publicadas. Ese agravio comparativo que el azar materializa me parece de lo más desafortunado. Así, aparecen opiniones totalmente opuestas en las opiniones de los hoteles. No tienen nada que ver con que existan diferentes categorías de habitaciones, simplemente el hecho de que contrate una habitación bien iluminada, con un baño moderno, con pantalla plana y luego me aloje en una habitación mal iluminada, con muebles obsoletos, baños anticuados, con una televisión de malísima calidad y además donde no llega el WIFi . Todos buscamos la mejor relación calidad precio y a nadie le hace gracia que le den gato por liebre. Las personas que desinteresadamente colaboramos con nuestra opinión en webs especializadas o en la del hotel solemos reflejar este hecho siempre y todos sabemos que una mala opinión hace mucho más daño que una buena. Es fácil de subsanar. Además reformándolas todas a la vez, se molesta menos a los clientes.